Durero fue un pintor que realizó muchos autorretratos. Este autorretrato lo realizó justo antes de cumplir 29 años. Este retrato es bastante singular por la semejanza que tiene con varias de las representaciones tempranas de Cristo. El pelo, la barba y el gesto característico de la mano son típicos de la iconografía religiosa - puede haber sido su intención referenciar su talento como un don otorgado por Dios.


Autorretrato con saco de piel
óleo sobre tabla • 67.1 x 48.7 cm