En El arcoiris, Inness hizo un arreglo de la naturaleza para imbuírla de un sentimiento de presencia divina. Creó un fuerte contraste atmosférico con una transición desde la tormenta a la izquierda de la pintura hacia el feliz presagio del arcoiris a la derecha. Al mismo tiempo, el bucólico pasto al frente de la pintura está yuxtapuesto a la ciudad sin nombre en el fondo. Este contraste llena la imagen de una elevada carga emocional. A partir de 1875 Inness empezó a incluír una tira de color gris a lo largo del horizonte que hace borrosa la convergencia del cielo y la planicie. Utilizó este truco en esta obra y continuó usándolo durante la década de 1880. El arcoiris pertenece a la serie dramática de escenas de tormentas pintadas por Inness al final de la década de 1870.




El arcoiris
óleo sobre lienzo •