Prometeo Encadenado

Así que fui a un museo contemporáneo este fin de semana (puede haber sido en Portugal, incluso en Lisboa, quizás), pero no seré específico, y realmente no tiene ninguna relevancia para lo que voy a decir ... Excepto que me prometí a mí mismo que no iría de nuevo a tales museos sin la compañía de un niño lo suficientemente joven como para no poder deletrear correctamente "¡Pero el Emperador no lleva nada en absoluto!" Tal vez no logres ver la relevancia de un compañero así, pero dame la oportunidad de explicarme. Vi una multitud de objetos, algunos más organizados que otros, desde objetos cotidianos transformados en arte hasta esfuerzos que no me arriesgaré a intentar definir. Junto a estos objetos había una tabla de madera. No es una tabla de diseño, ni una tabla de skate o una tabla de surf, sino una tabla que esperaría ver en un entorno de construcción; y mientras caminaba por la exposición no pude evitar reconocerla como una "obra de arte". Después de mirar todo lo que había para ver, volví a esa tabla de madera. En ese momento me di cuenta de que, a diferencia de todas las demás piezas que tenían una descripción al lado, ¡esta placa no tenía ninguna! Me llamó la atención que era "solo" una tabla colocada allí temporalmente, esperando en una esquina para cumplir algún propósito. Pero ¿qué le pasa al arte que una tabla de madera pueda confundirse con una pieza, y realmente hubiera sido arte si no hubiera notado que estaba ahí por casualidad? Pongamos las cosas en perspectiva: la pintura de hoy fue creada por el Gran Maestro Rubens, y le llevó 7 años terminarla. Es simplemente genial: lleno de emoción, acción, drama y simbología. Representa a Prometeo siendo castigado por los dioses griegos por dar un elemento divino (fuego) a los humanos mortíferos. Es una pieza incontestable y bella. Rubens, como tantos otros, era como Prometeo. Imagínate lo que Van Gogh sufrió solo y en la pobreza para traernos a los mortales su inmortal Arte. ¿Y cómo le pagamos al arte? Al confundirlo con tablas de madera ... La próxima vez, si tienes un hijito o una hija curiosa, invítame a que te acompañe a los museos contemporáneos. Tal vez tengan lo necesario para señalar todas las tablas de madera con descripciones. El resto de nosotros simplemente somos engañados por la ropa nueva del Emperador. Artur Deus Dionisio