La Incredulidad de Santo Tomás by  Caravaggio - 1601 - 107 cm × 146 cm  Castillo de Sanssouci  La Incredulidad de Santo Tomás by  Caravaggio - 1601 - 107 cm × 146 cm  Castillo de Sanssouci

La Incredulidad de Santo Tomás

óleo sobre lienzo • 107 cm × 146 cm
  • Caravaggio - 29 de septiembre de 1571 - 18 de julio (?) de 1610 Caravaggio 1601

La Incredulidad de Santo Tomás describe un evento de la Pasión de Cristo. La historia de "La Duda de Tomás", el apóstol que declaró que necesitaba poner literalmente su mano en las heridas de Jesús para creer que había resucitado, se describe en Juan 20:29, donde las palabras de Cristo fueron: "Porque me has visto Tomás, has creído: bienaventurados los que no vieron y creyeron.

La composición está muy concentrada dentro de un sólido arco románico formado por el contorno de las cuatro figuras agrupadas íntimamente sobre un fondo oscuro. No hay accesorios para la escena, ni ninguna indicación de su configuración. La atención se centra en la mano derecha de Santo Tomás, firmemente guiada por la de Cristo, ya que el escéptico flemático cuidadosamente pincha la herida con su dedo índice. Es revelador que las manos de los otros dos apóstoles están ocultas, aunque su curiosidad no está disimulada y es apenas menos restringida que la de Tomás. Los tres apóstoles son retratados como materialistas rústicos sin imaginación ni tacto. No cuestionan la identidad de Cristo, pero están fascinados por su herida como un fenómeno tangible: evidencia física de su existencia como hombre en su mundo corporal, aunque ya no lo es.

Cristo, por su parte, es comprensivo e indulgente con su curiosidad y no con reproche.Se lo representa sin un halo ni ningún otro signo de su divinidad, aunque su torso atlético recortado contrasta con la forma corpulenta de Tomás, y su fisonomía es más refinada que la de los apóstoles. Pero Él viene a ellos como un hombre hecho de carne y sangre más que como un espíritu incorpóreo, por lo que Su resurrección se aprehende en sus términos literales, y es aún más milagrosa. El mensaje es de fe. Erica, gracias por sugerir esta obra maestra!