Pieter Bruegel el Viejo
Los paisajes flamencos son encantadores en esta época del año, ¿no estáis de acuerdo? La pintura muestra una escena invernal en la que tres cazadores regresan de una expedición acompañados por sus perros. Por la apariencia, la salida no fue muy exitosa; los cazadores parecen arrastrar los pasos con cansancio, y los perros parecen pisoteados y tristes. Un hombre lleva el "magro cadáver de un zorro" ilustrando la escasez de la caza. La impresión visual del conjunto es la de un día de calma, frío y encapotado; los colores son blancos y grises enmudecidos, los árboles están deshojados, y el humo de alguna hoguera se mantiene en el aire. Varios adultos y un niño preparan comida en una posada con una hoguera en el exterior. El paisaje es un valle de fondo plano (un río serpentea a través de él) con picos mellados visibles a lo lejos. Se puede observar un molino con su noria congelada y parada. En la distancia, figuras, plasmadas como siluetas, patinan sobre el hielo, juegan al hockey con palos modernos y hacen competiciones de curling en un lago helado. La década de 1560 fue un tiempo de revolución religiosa en Holanda, y Bruegel (y posiblemente su patrón) podrían estar intentando retratar de lo que la vida de campo solía ser o lo que querrían que fuese.
¡Feliz Navidad a todos!