El ferrocarril no ofrece ninguna historia, ninguna relación clara entre sus figuras, ningún centro de interés. Aunque la escena en sí está compuesta, los sujetos y la escena parecen un accidente mixto. En el trabajo, Manet usó a su modelo favorita Victorine Meurent, también modelo de Olympia y El almurzo Sobre la Hierba, quien esta sentada ante una cerca de hierro sosteniendo en su regazo un cachorro dormido y un libro abierto. Junto a ella hay una niña pequeña de espaldas al pintor que ve pasar un tren, indicado solo por el humo blanco. Una vez más, la pintura parece no tener historia, no hay relación entre los personajes, una escena callejera casual.


El ferrocarril
óleo sobre lienzo • 111.5 × 93.3 cm