Vuillard fue el último impresionista del siglo XX. El pintor estaba interesado en la interacción entre el color y la luz dentro del íntimo espacio de un cuarto, mientras que sus predecesores habían estado comprometidos a representar esta interacción afuera, al aire libre, por ejemplo: el pleinarismo. En las obras de Vuillard los interiores son, más que un fondo para sus personajes, un ambiente emocional permeado de comodidad y tranquilidad (en este caso es probable que los personajes sean sobrinos de Vuillard). Uno de sus artefactos más importantes es la representación de balcones o ventanas en el fondo: la luz difusa fluyendo desde el exterior llena el interior, absorbiendo colores brillantes y transfomando las formas en un decorativo de retales; sólo los contornos de la alfombra, el biombo y las rejillas del balcón – que forman la base estructual de la composición – han sido bien definidos.




Niños en un cuarto
gouache sobre papel pegado sobre lienzo •