Aunque William Glackens trabajó muy cerca de Robert Henri dentro de la Escuela de Ashcan (Ashcan School of American Art), éste rechazó sus composiciones tenues y lúgubres que representaban la oscuridad de la vida moderna de la clase media. Al principio este no fue el caso; sus imágenes de las calles solitarias de Nueva York le hicieron consolidarse como un artista serio. Sin embargo, después de múltiples viajes a París y al sur de Francia, puso su atención en lo que era considerado como impresionismo convencional, con lo que desarrolló un estilo propio caracterizado por su dinamismo y la utilización de colores brillantes.
A través del calor y la jovialidad veraniega emanados de su paleta, este cuadro demuestra orgullosamente la evolución en el estilo de Glacken. Sombrillas color naranja con crema flotan encima de las cabezas de los bañistas amontonados en una estrecha extensión de arena; algunos de los valientes buscan consuelo en las olas. Los patrones de las sombrillas se reflejan en el revestimiento de la casa con torrecillas ubicada detrás de ellos, mientras que las columnas y molduras capturan sutiles toques de los colores azul y violeta emanados del cielo.
Alrededor de cada figura parece haber un aura de movimiento, así como contornos creados por nubes de color. Glackens utilizó pinceladas que dan la impresión de haber sido hechas con paja en la creación de sus formas: los vestidos de verano para las mujeres, el techo del chapitel y los fructíferos árboles del fondo. Estos elementos amenazan con superponerse y mezclarse para formar una pintura más acorde al impresionismo.
En lugar de esto, sus figuras embisten sus cabezas como tormentas que se aproximan una a otra. El resultado es un campo de figuras independientes y objetos, unidos mediante la prisa de las pinceladas en el bosquejo de Glacken, idiosincráticas tanto en su acción como en su color.
Anthony deFeo