Continuamos con el #WomansHistoryMonth (mes de la historia de la mujer) presentándote a una de las pocas pintoras impresionistas: Mary Cassatt. Cassatt fue una pintora y grabadora americana. Nació en Pennsylvania, pero vivió la mayor parte de su adultez en Francia, donde ofreció su amistad a Edgar Degas para, posteriormente, exhibir entre los impresionistas. Con frecuencia Cassatt creó imágenes sobre la vida tanto social como privada de las mujeres, haciendo un énfasis particular en los íntimos lazos entre madres e hijos.
Mary Cassat pintó esta obra durante una estancia en Antibes, en la costa mediterránea de Francia. Bajo el sol intenso comenzó a experimentar con colores más fuertes y decorativos. La geometría llamativa y los patrones decorativos de la superficie recuerdan a Gauguin, Van Gogh y, por supuesto, los grabados japoneses.
Esta obra, una de las más ambiciosas de su colección, fue la pintura central de su primera exhibición individual en Estados Unidos durante 1895. Sus contactos con amigos adinerados en este país se esforzaron en traer la pintura francesa avant-garde.