Saudade by Almeida Júnior - 1889 - 197 x 101 cm Pinacoteca de São Paulo Saudade by Almeida Júnior - 1889 - 197 x 101 cm Pinacoteca de São Paulo

Saudade

óleo sobre lienzo • 197 x 101 cm
  • Almeida Júnior - 8 de Mayo 1850 - 13 de Noviembre 1899 Almeida Júnior 1889

En nuestros días, si queremos enviar un mensaje a alguien, es muy simple: solo hay que inviar un correo electrónico. Sin embargo, en el siglo XIX, cuando vivió el pintor José Ferraz de Almeida Júnior (1850-1889), las cartas eran prácticamente el único recurso. Si el remitente en cuestión era alguien muy querido, la carta dejaba de tener un simple aspecto informativo o comunicativo y comenzaba a tener una dimensión emocional, como el caso de la dama en esta obra maestra: Saudade, producida en el último año de la vida del artista. Almeida Júnior fue asesinada por el marido de una mujer con quien había tenido una aventura durante varios años.

La composición muestra a una joven vestida con ropa oscura apoyada en una ventana, sosteniendo una carta. En el lado izquierdo de la pintura, vemos un sombrero de paja, común en los lugares rurales, que evidencia que existe o podría existir una presencia masculina: el dueño del sombrero, tal vez su esposo. Se puede ver que es una mujer profundamente infeliz: una lágrima obstinada corre de sus ojos a su nariz y sostiene el chal con tanta fuerza que retuerce los dedos. La atmósfera de la pintura está compuesta de soledad y tristeza, desde la estructura de la casa (que evidentemente necesita reparaciones) hasta el estado de conmoción de la mujer, con los ojos estrechos que denotan el anhelo y la tristeza que la hacen leer la carta.

La ausencia del propietario del sombrero en la escena puede sugerir, junto con el nombre de la pintura, que es una mujer joven con el corazón roto. La palabra saudade, derivada del latín, significa no solo la soledad o la falta de alguien, sino la falta de algo que nos gusta sentir cuando sentimos afecto por algo o alguien y lo perdemos, pero seguimos regresando a la memoria guardada en algún lugar de nuestro corazón.

- Rute Ferreira