Artista anónimo
La vemos ahora en una galería a la altura de los ojos, pero esta escultura originalmente habría ocupado una esquina exterior de un templo hindú en la India Central, y hubiera mirado al observador desde arriba. El artista desconocido nos da una hermosa ninfa celestial que arregla su largo cabello con una mano mientras que con la otra agarra su delicada prenda de gasa mientras un mono travieso cerca de su pie derecho la arranca (falta la cabeza del mono). Es una escultura caprichosa, sensual y fue esculpida con gran habilidad. Esta mujer celestial habría sido parte de un gran grupo de figuras protectoras similares que ayudaban a santificar el templo. El escultor era un maestro de la textura y la forma, nos deja ver una piel suave que esculpe de la piedra arenisca, unas trenzas talladas profundamente que fluyen como el agua y una pose de contraposto brillante que es a la vez realista y de otro mundo. Los restos del cuerpo del mono son fluidos y juguetones y muestran un contraste divertido de ángulos agudos y travesuras. Esta es una obra de fe, así como una obra de arte.
- Brad Allen