Se conoce como Pinturas negras a un grupo de catorce obras que Francisco de Goya realizó durante los últimos años de su vida, probablemente entre 1819 y 1823. Representan temas intensos e inquietantes, reflejo tanto de su miedo a la locura como de su sombría visión de la humanidad. En 1819, con 72 años, Goya se mudó a una casa de dos plantas a las afueras de Madrid conocida como la Quinta del Sordo. Aunque la casa había sido llamada así por su anterior dueño, que era sordo, en aquella época, Goya también estaba casi sordo como resultado de unas fiebres que había sufrido cuando tenía 46 años. Las obras fueron pintadas originalmente como murales sobre los muros de la casa, siendo posteriormente "rescatadas" de los muros y fijadas en un lienzo.
Tras las Guerras Napoleónicas y los disturbios internos del cambiante gobierno español, Goya desarrolló una amarga actitud hacia la humanidad. Había sobrevivido a dos enfermedades casi fatales y se había vuelto cada vez más ansioso e impaciente por el miedo a sufrir una recaída. Se piensa que la combinación de estos factores fue lo que dio lugar a la creación de las Pinturas negras.
En esta pintura, destaca la figura de Satanás en forma de cabra, en una silueta iluminada por la luz de la luna, sobre un aquelarre de brujas aterrorizadas. Se cree que el aquelarre representa una protesta bastante amarga, aunque silenciosa, contra los monárquicos y el clero, que habían vuelto a hacerse con el control de España tras la guerra de la Independencia española de 1807-14.
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