Al compartir el mismo nombre que Hieronymus Bosch, San Jerónimo ocupa un lugar significativo en su obra. Lo representó en varias ocasiones. El artista consideraba al santo como ejemplo, tanto como sabio como por su implacable moralismo y dedicación personal. San Jerónimo vivió en el siglo IV y fue uno de los cuatro grandes Padres latinos de la Iglesia. Con 38 años, se retiró de la vida pública en Roma para llevar una vida ascética en Palestina. En esta pintura, el santo, semidesnudo, se encuentra absorto en la oración, postrado entre plantas exóticas, troncos de árboles y rocas. En la obra, su atributo, el león, está representado como un pequeño animal doméstico. Según la leyenda, Jerónimo le sacó una espina de la pata a un león herido, lo que le ganó la gratitud y la amistad de la criatura. Muchos otros animales habitan el extraño mundo al que se ha retirado el santo. La pintura fue restaurada y analizada minuciosamente utilizando varias técnicas científicas entre 2015 y 2016. La técnica pictórica, el estilo y el material utilizados para la pintura de la base y las huellas del proceso creativo a cada paso de la ejecución de la pintura, han permitido a los científicos datarla como una obra central de la producción del Bosco. Pintó la obra en solitario, sin ayuda de sus ayudantes. El marco original se perdió y la tabla ha sido ligeramente recortada a medida en las partes superior e inferior. Análisis dendrocronológicos indicaron que la pintura se finalizó después de 1485 y antes de 1495.


San Jerónimo
Óleo sobre tabla • 80,1 x 60,6 cm
Presentamos la pintura de hoy gracias al Museo de Bellas Artes de Gante.
P.D. ¡TIENES que ves los espeluznantes búhos del Bosco aquí! <3