La superficie del lago refleja la naturaleza en una continua reinvención. Tiernos y acariciados por una suave brisa, los reflejos de los árboles y del cielo se vuelven borrosos, para volver a solidificarse en otro lugar. El tímido rayo de luz en el camino del prado, en la esquina superior derecha, parece ser la única evidencia de realidad tangible. Los viajes de Klimt al Salzkammergut y a la región de Salzburgo, a finales de 1890, marcaron el comienzo de un redescubrimiento profundo el género paisajista. Sus primeras pinturas de estanques y pantanos, en particular, son de una naturaleza atmosférica que, al igual que sus "fotografíás pictóricas" de la época, invitan al espectador a mirar con ojos contemplativos. A diferencia de muchos otros pintores de fines del siglo XIX, Klimt fue capaz de superar la arbitrariedad de los paisajes impresionistas. Desarrolló principios novedosos de composición, a la vez que conservaba un atractivo impresionista.
Presentamos este bello y al mismo tiempo, inesperado (se parece un poco a Monet ¿verdad?) Klimt gracias al Museo Leopold.
P.D. Explora aquí el mundo desconocido de los paisajes de Klimt <3