Noche de verano

Eilif Peterssen formó parte del grupo de seis pintores que pasaron el verano de 1886 en la granja Fleskum en Bærum, a las afueras de Cristianía; los otros cinco fueron Christian Skredsvig, Gerhard Munthe, Erik Werenskiold, Kitty Kielland y Harriet Backer. Inspirados por las brillantes noches del verano noruego, realizaron diversas pinturas del paisaje con efectos atmosféricos. Este fue el comienzo del neorromanticismo, que resultaría ser una de las principales vertientes del arte noruego hasta el cambio de siglo.

La contribución más significativa de Peterssen es Noche de verano, la representación lírica de un lago de la zona, Dæhlivannet, con una iluminación suave. La superficie del lago aparece completamente serena y refleja una pálida luna creciente y unas cuantas nubes rojas en el cielo nocturno. El artista representó la escena tan de cerca que el tronco del árbol en primer plano pareciera que se puede tocar. A la izquierda, se encuentra el tronco arrancado de un abedul, que añade perspectiva a la pintura; la composición está, por lo demás, equilibrada y sus colores, atenuados.

Las pinturas paisajistas neorrománticas contrastaban con las pinturas de plain-air, con su imparcial observación, tan típicas de aquella época, como las representaron, por ejemplo, Erik Werenskiold y Gerhard Munthe. La Noche de verano de Kitty Kielland es muy similar a la representación de Peterssen de la misma escena, pero muestra una mayor porción del lago Dæhlivannet.

Presentamos esta pintura gracias al Nasjonalmuseet de Oslo :)

P.D. Las noches blancas del norte han fascinado a los artistas; aquí tienes una serie de Noches de verano representadas por el famoso autor de El Grito, Edvard Munch.