AA72

AA72 es una de estas pinturas que vienen a la mente cada vez que se menciona el nombre de Beksinski. La mostramos hoy gracias al Museo Histórico de Sanok, donde está expuesta y suele causar un increíble impacto en los espectadores.

La espiritualidad de Zdzislaw Beksinski es un tema fascinante y complicado. Es algo comúnmente conocido que no fue una persona religiosa a la manera tradicional. Quizás por esa razón la escatología cristiana no le sirvió de apoyo, lo que hizo que su miedo a la muerte (entendido como un fin metafísico de la existencia) fuera algo tan horrible y al mismo tiempo, la fuerza impulsora de su arte.

En ese contexto resulta algo sorprendente que haya tantos motivos religiosos repetidos en la obra artística de Beksiński. Por ejemplo, el motivo del crucifijo ya está presente en sus dibujos y fotos de los años 50 y se convierte en uno de los principales motivos de su obra madura. Incluso su última pintura, terminada pocas horas antes de su trágica muerte, muestra la cruz sobre un fondo de una estropeada tela. El mismo Beksinski nunca pudo explicar su tendencia a situar el crucifijo en sus obras. 

Es muy posible que este contraste interno tomara forma de alguna manera en su juventud y que se hubiera visto afectado por la atmósfera familiar. Por un lado, su madre era profundamente religiosa, mientras que por otra parte, su padre había sido agnóstico durante la mayor parte de su vida y solo volvió a la fe en el lecho de muerte. 

Una de las cosas que impactaron profundamente a Beksinski durante su niñez fue el Salmo 23. Durante toda su vida, recordaba a menudo sus palabras: "(…) aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo…" 

La pintura AA72 parece ilustrar esta fascinación. Muestra el misterioso y oscuro valle, que se parece al valle bíblico del salmo. En el fondo del valle hay una pequeña figura humana, ensombrecida por dos hileras de pesados monjes de piedra, con cráneos en lugar de cabezas. Comparada con ellos, la figura parece aún más escuálida. Y sin embargo, se abre camino a través del valle, iluminándolo con la antorcha que sostiene en la mano izquieda. No sabemos de dónde viene ni a dónde se dirige…

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P.D. Aquí puedes leer más sobre el surrealismo distópico de Zdzislaw Beksinski.