Las pinturas de Waterhouse a menudo representan figuras de la literatura o de la mitología griega. Es posible que esta obra se inspirara en el poema The Mermaid, de 1830, de Alfred Lord Tennyson que incluye los siguientes versos:
Que sería
Una bella sirena,
Cantando sola,
Peinando su cabello
El poema continúa describiendo cómo la sirena buscó y encontró el amor entre los tritones. No obstante, a Waterhouse también le interesaba la mitología más oscura que presentaba a la sirena como una hechicera. Tradicionalmente, las sirenas atraían a los marineros hacia la muerte mediante su canción cautivadora. Hubo también figuras trágicas: no podían sobrevivir en el mundo humano que tanto ansiaban y los hombres no podían existir en su reino acuático, por lo que cualquier relación estaba condenada. No hay marineros en la pintura de Waterhouse; a pesar de ser una sirena, la figura representada parece una figura muy solitaria. A su lado hay una concha llena de perlas, que se creía que se formaban a partir de las lágrimas de los marineros muertos.
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