En esta obra, Caravaggio presenta la historia del Nuevo Testamento: el tercer día después de la Cruxifición, dos de los discípulos de Jesús se dirigían a Emaús cuando se encontraron con Cristo resucitado. No lo reconocieron, pero esa noche, durante la cena, él "...tomó el pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio. Entonces sus ojos se abrieron y le reconocieron; pero él desapareció de su lado" (Lucas 24: 30-31).
Esta pintura fue realizada en el apogeo de la fama de Caravaggio. Típico de él, ha mostrado a los discípulos como trabajadores ordinarios, con rostros barbados y arrugados y ropas harapientas, en contraste con el joven Cristo imberbe, que parece haber venido de un mundo diferente. Capta con brillantez el clímax dramático de la historia, el momento en que los discípulos ven de repente lo que ha estado delante de sus ojos en todo momento. Sus acciones transmiten su asombro: uno está a punto de saltar de su silla mientras que el otro extiende los brazos en un gesto de incredulidad. La iluminación, de gran intensidad, subraya el dramatismo de la escena.
P.D. Caravaggio es definitivamente un nombre conocido para ti, pero ¿sabes cómo murió? No hay una respuesta definitiva sino muchos rumores misteriosos...