Caspar David Friedrich
En esta representación de un lugar sagrado y remoto, Caspar David Friedrich, el maestro del Romanticismo alemán, impone una estricta simetría sobre la naturaleza, dando indicios de un enfoque que trasciende la simple reproducción realista. A través de un complejo uso del simbolismo, Friedrich mezcla naturaleza y religión, creando una fusión armónica que puede ser interpretada como el arduo camino hacia la redención cristiana o como la búsqueda de un estado cristiano ideal. Como ejemplo de ello vemos el irregular y escarpado primer plano que contrasta con la atmósfera del fondo que se ilumina gradualmente. La composición alcanza su punto culminante en la presencia de una iglesia neogótica que simboliza la cima de lo trascendental.
La disposición de los abetos sugiere una comparación de la arquitectura gótica con las siluetas de la vegetación, trazando líneas paralelas entre ellas. Además, el estilo gótico estuvo estrechamente ligado a la identidad nacional alemana.
Curiosamente, la obra de Friedrich cayó en una especie de oscuridad durante su vida para ser redescubierta a comienzos del siglo XX, principalmente en el contexto ferviente del nacionalismo alemán.
P. D.: Caspar David Friedrich fue un maestro que realizó obras inquietantes y melancólicas. Descubre su arte a través de 10 pinturas. Y para más historias sobre este sobresaliente pintor, mira los artículos a continuación.