Edvard Munch
En una pequeña población costera de Noruega, Edvard Munch podría haber visto esta escena que luego convirtió en una famosa pintura. Imagina una noche de verano en Åsgårdstrand, donde tres chicas están detenidas en un muelle de madera. Dos de ellas, perdidas en sus propios pensamientos, observan el agua. La tercera, que se distingue por llevar un vestido blanco, está de espaldas al agua y mira hacia lo lejos en la distancia, con un sombrero de paja amarillo en la mano.
Munch pasó muchos veranos en esta localidad turística desde 1889, donde incluso se llegó a comprar una modesta casa en 1898. Cautivado por esta escena de las chicas en el muelle, la pintó varias veces, y la utilizó para explorar ideas sobre la feminidad, así como sentimientos propios con respecto al mundo en general.
Munch pintó un par de versiones de esta escena. Aquí se centra en las chicas. El árbol es apenas una sombra oscura sobre el agua que refleja el carácter introspectivo de las muchachas. El pasamanos del embarcadero dirige nuestra mirada hacia el interior del cuadro, introduciéndonos en la escena. Munch no solo estaba mostrándonos un lugar físico; estaba creando una pintura sobre un mundo emocional interior.
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P. D.: ¿Sabías que a Edvard Munch le fascinaba la fotografía amateur? Explora algunas de sus singulares fotos.