El periodo de Vincent van Gogh en Arlés se considera el más prolífico. Durante los 12 meses que pasó allí, realizó la increíble cifra de 187 pinturas y dibujos, entre los que se encuentran sus obras más famosas. En sus primeras semanas, el artista se dedicó casi todos los días a plasmar en sus lienzos las vibrantes flores de los huertos. En un corto periodo de tiempo completó 15 pinturas de huertos, animado por la esperanza de que estas obras encontraran mercado, pues creía que sus temas alegres levantarían el ánimo.
Van Gogh, satisfecho con el conjunto de obras, pensó en agruparlas en trípticos decorativos, un concepto que admiraba del arte japonés. Una versión anterior y casi idéntica de esta pintura se encuentra en la colección del Museo Kröller-Müller, que Van Gogh le dedicó a un pintor que le enseñó los fundamentos de la pintura, Anton Mauve, después de ver su esquela mortuoria. Esta se la envió a Theo, el hermano de Van Gogh.
¡Que tengan todos un domingo tranquilo!
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