Hoy tenemos algo elegido especialmente para los lunes: un cuadro lleno de calma.
A finales de la década de 1640 y comienzos de la de 1650, en el cenit de su madurez artística, Nicolas Poussin pasó de la pintura de narrativa histórica a la pintura de paisaje. Paisaje en calma no muestra una historia específica, sino que evoca un ambiente de serena tranquilidad. La composición ordenada y la luz clara y dorada de la pintura contribuyen significativamente a esta sensación de calma, mientras que los colores brillantes como gemas y las pinceladas fluidas dan vida a la escena de la naturaleza benévola. Las excursiones de Poussin por la campiña romana para realizar bocetos, en compañía de Claudio de Lorena, su amigo y compañero paisajista, explican en parte la fresca observación del cielo cubierto de nubes y de las cabras pastando que se aprecian en esta obra.
Poussin creó una obra complementaria de esta pintura, Paisaje con tormenta, que se conserva actualmente en un museo de Ruan. Juntos, los efectos climáticos opuestos de las obras simbolizan la relación cambiante e impredecible de la naturaleza con la humanidad. La yuxtaposición de los paisajes, uno tranquilo y otro tormentoso, encarna la dualidad de la naturaleza al captar tanto sus aspectos serenos como tumultuosos.
P. D. Si eres un fan de las obras de arte clásicas, no te olvides de echarle un vistazo a nuestra selección en el conjunto de 50 postales de grandes obras maestras. :)
P. P. D. Si hoy no tienes ganas de trabajar, aquí tienes una buena forma de tomarte un breve descanso con el arte. Participa en nuestros tests de historia del arte: Adivina el mito griego y Adivina el movimiento artístico.