Paul Cézanne
En la década de 1880, Cézanne se enfocó en los bodegones y creó más de 170 pinturas de este género. Trabajó con un conjunto coherente de elementos (una mesa de madera, un mantel, frutas y un tarro de jengibre) y los reorganizó para explorar nuevas soluciones formales y pictóricas; resalta en particular una composición en la que introdujo por primera vez un exuberante ramillete de flores silvestres, como margaritas, claveles y amapolas. Esta pieza, rica en detalles decorativos, mantiene una sencillez de carácter y rigor formal. El opulento lado derecho de la imagen se equilibra con un fondo oscuro y un mantel blanco y frío.
Los constantes reordenamientos de Cézanne eran su manera de intentar captar y entender los objetos. Prefería la luz difusa del estudio que la luz del día para acentuar el carácter físico de los objetos. Los objetos de los bodegones de Cézanne, ya sean de uso cotidiano, artificiales o naturales, están desvinculados de su función normal. Sus bodegones reflejan su reconocimiento de las leyes que rigen el mundo y su esfuerzo por retratar su complejidad.
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