Samuel van Hoogstraten
Es domingo y, por tanto, hora de presentar una obra de nuestra colaboración con el Mauritshuis. ¡Disfruta de esta joya inesperada!
Esta ambiciosa pintura está diseñada para engañar a la vista—un trompe-l’oeil. Miramos a través de un arco hacia el patio interior de una distinguida mansión con estatuas clásicas y una columnata. En el patio, varios peldaños más abajo, una mujer vestida de forma majestuosa se encuentra de pie leyendo una carta. La vista revela un sótano lleno de barriles de vino y, sobre este, una habitación con un hombre sentado frente a una mesa. La pintura se muestra desde arriba. Si el punto de vista partiera del suelo, con el horizonte coincidiendo con la línea de visión, sería como si el espacio se fundiera de forma imperceptible con el interior de la habitación representada, y las proporciones de la mujer, que parecen reducidas, serían correctas. El perro da la bienvenida al espectador moviendo la cola.
Durante algunos años, Samuel van Hoogstraten (1627–1678) trabajó en el taller de Rembrandt; viajó por los estados germánicos, Roma y Viena, y pasó un tiempo trabajando en Londres. Después regresó a Dordrecht, su ciudad natal, donde residió hasta su muerte. Su exitoso libro Inleyding tot de hooge schoole der schilderkonst (Introducción a la Academia de Pintura) fue publicado el año de su fallecimiento. Van Hoogstraten experimentó con toda clase de géneros, pero debe su fama, sobre todo, a sus trompe-l’oeil.
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P. P. D.: Lee más sobre la técnica del trompe-l'oeil y mira cómo los artistas pueden engañar a la vista.