Terraza y plataforma de observación en el Moulin de Blute-Fin

Esta pintura data del invierno de 1887, aproximadamente un año después de que Vincent van Gogh llegara a París para reunirse con su hermano Theo, marchante de arte. La obra forma parte de una serie de paisajes en los que aparece el Butte Montmartre, un pequeño ascenso desde su apartamento de la rue Lepic. En Montmartre permanecían restos de su recientemente desaparecido pasado rural—canteras abandonadas, huertos, y tres molinos de viento supervivientes, incluido el Moulin de Blute-fin. Este molino en desuso se había convertido en una atracción turística, ya que ofrecía espectaculares vistas panorámicas de París desde la torre de observación que se erigía junto a él.

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