Retrato de Elisabeth Lederer by Gustav Klimt - 1914–16 - 160 cm x 110 cm Colección privada Retrato de Elisabeth Lederer by Gustav Klimt - 1914–16 - 160 cm x 110 cm Colección privada

Retrato de Elisabeth Lederer

Óleo sobre lienzo • 160 cm x 110 cm
  • Gustav Klimt - July 14, 1862 - February 6, 1918 Gustav Klimt 1914–16

Aunque esta historia es un pelín larga, es tan curiosa que tenemos que escribir sobre ella. Retrato de Elisabeth Lederer de Gustav Klimt es una obra solemne y deslumbrante que refleja el poder, la elegancia y la seguridad de la alta sociedad de la Viena de principios del siglo XX. Estas características se pueden ver, abierta y sutilmente, tanto en la expresión de serenidad y confianza de la modelo como en los símbolos semiescondidos que hay a su alrededor. No es tan conocido como otros retratos femeninos de Klimt (como el de Adele Bloch-Bauer), ya que este se encuentra en una colección privada.

El retrato no solo es el reflejo de la élite cultural y comercial de Viena, sino que sirve también de epitafio involuntario de un mundo que no tardaría en desaparecer. El retrato también muestra el inmenso poder de la familia Lederer. Era, en efecto, la segunda familia más adinerada de Viena, después de los Rothschilds. Si te fijas en el vestido de la modelo, verás dos dragones de color azul claro saliendo de las olas. Estos símbolos indican que Elisabeth lleva una capa de emperador. Aunque Klimt prefería los motivos orientales para sus obras, este es el único retrato con iconografía imperial, en el que además se pone de manifiesto la trascendencia de Elisabeth y su familia.

En el caso del retrato de Elisabeth, el contexto histórico que rodea a esta obra ofrece una nueva perspectiva sobre Klimt y sus temas, lo que contrasta con el tono inicial de la pintura. Es terriblemente irónico que en una obra tan llena de vida, luz y optimismo aparezca una joven cuya vida sufriría un giro desvastador en tan solo 15 años. Tras la muerte de su padre en 1936 y la adhesión nazi de Austria en 1938, la existencia de Elisabeth, que una vez fue fascinante, se convirtió en tragedia. En 1939, los nazis saquearon la colección de arte Lederer, dejando solo retratos familiares, que consideraron "demasiado judíos" para ser robados. Elisabeth, que se había convertido al protestantismo al contraer matrimonio con Wolfgang von Bachofen-Echt en 1921, volvió a ser judía tras el divorcio en 1934. De esta manera, Elisabeth fue abandonada a su suerte en Viena: su marido se había divorciado de ella, su único hijo había fallecido y su madre había huido a Budapest.

Al enfrentarse a una más que probable persecución, Elisabeth decició hacer circular el rumor de que Klimt, un artista no judío fallecido en 1918, era su padre biológico. Aunque esta afirmación es hoy generalmente rechazada, algunos aspectos—la fama de mujeriego de Klimt, su obsesión por pintar a Elisabeth, y la afición de esta a la escultura—otorgaban cierta credibilidad a la historia. Su madre, Szerena, incluso firmó una declaración jurada confirmando la paternidad de Klimt para salvar a su hija. Finalmente, su plan funcionó: Elisabeth recibió un documento del régimen nazi que la reconocía como desdendiente de Klimt y, con la ayuda de un excuñado, un oficial nazi de alto rango, pudo vivir tranquila en Viena hasta que murió en 1944.

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P. P. D.: Gustav Klimt pintó retratos realmente icónicos a lo largo de su carrera. Conocido por su singular estilo, también realizó obras más tradicionales en sus comienzos. ¡Descubre los retratos desconocidos de Klimt que nunca dirías que son suyos!