Esta es una de mis pinturas favoritas del arte polaco.
Representa una bandada de perdices en la nieve. Las aves están representadas con un realismo increíble y detalles vívidos; el dibujo es nítido, preciso y fiel a la naturaleza. Esto es sorprendente, ya que se trata de criaturas excepcionalmente tímidas, a las que es difícil acercarse. Un viento frío les eriza las plumas y el cielo casi se funde con el suelo. La composición se basa en el contraste entre una gran extensión en distintos tonos de blanco y las pequeñas siluetas oscuras de los pájaros.
Józef Chełmoński fue un pintor polaco de la escuela realista. En 1875 (un año después de la primera exposición impresionista), Chełmoński viajó a París, donde realizó numerosas exposiciones importantes y se dio a conocer en el mundo del arte. Hacia el final de su vida, se inclinó por ver la naturaleza como una emanación panteística de Dios. Algunos estudiosos interpretan Perdices en la nieve como una metáfora de la lucha contra la adversidad, mientras que otros la ven como un testimonio del talento y la maestría técnica del artista.
En 1888, tras pasar años en Múnich y París, Józef Chełmoński regresó a su tierra natal. Compró la finca de Kuklówka, cerca Grodzisk Mazowiecki, donde cumplió su sueño de toda la vida de estar cerca de la naturaleza. Allí pintaba al aire libre, paseaba por campos y bosques y dibujaba. Tenía fama de recluso, "cercano al mundo, pero distante de la gente".
P. D. Esta pintura aparece en nuestro conjunto de 50 postales de animales, que es una colección perfecta de obras maestras para los amantes de los animales. :)
P. P. D. Para muchos de nosotros, los primeros días del Año Nuevo son una época de propósitos. ¿Por qué no adentrarse aún más en el arte? Si te gusta leer historias sobre arte, suscríbete al boletín de la revista de DailyArt y recíbelas directamente a tu correo electrónico.