Entre 1877 y 1878, Gustave Caillebotte, pintor, mecenas y coleccionista de arte francés, jugó un papel significativo en el desarrollo del impresionismo, realizando una serie de pinturas de nadadores, pescadores, remeros y piragüistas en la finca de su familia en Yerres. Una de estas obras, la que presentamos hoy, se mostró en 1879 en la cuarta exposición impresionista bajo el título Canoas de fondo plano en Yerres. En esta pintura, Caillebotte utilizó los trazos cortos de Monet y la paleta de colores intensos de Renoir para conseguir un efecto único: la estela diagonal y en zigzag que dejan los remeros en el lienzo sugiere un ritmo dinámico que capta el movimiento y el paso del tiempo—un guiño a la fascinación de Caillebotte por la fotografía. Como apasionado de la navegación y diseñador de embarcaciones, podría haber obtenido la inspiración de los grabados japoneses, utilizando un punto estratégico para enfatizar la inestabilidad de los esquifes, añadiendo a la escena cierta tensión.
P. D.: ¿Sabes por qué se le conoce a Gustave Caillebotte? Por sus pinturas de la ciudad de París, por supuesto. Calle de París, día de lluvia es la más famosa de todas (y la más asombrosa, en mi opinión). Puedes adquirir una reproducción de la misma en impresión prémium en la tienda DailyArt.
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