Hoy es el aniversario de la muerte de uno de los artistas más famosos del arte occidental, Gustav Klimt. Klimt murió en Viena el 6 de febrero de 1918, tras sufrir un infarto y una neumonía provocadas por la gripe española, una de las pandemias más mortíferas de la historia, que mató a entre 50 y 100 millones de personas en todo el mundo.
Pintado en 1907, durante el auge de la carrera de Gustav Klimt, el cuadro que presentamos hoy mezcla el realismo natural con la vanguardia decorativa y simbólica. Para Jardín de cabaña Klimt se inspiró en el exuberante jardín del Mayr-Hof durante sus retiros veraniegos a Litzlberg, en el Attersee, donde pasaba el tiempo relajándose y pintando con amigos y familiares. El jardín, lleno de amapolas, margaritas, zinnias y rosas, inspiró a Klimt a transformarlo en un brillante despliegue de color y forma.
Aunque Klimt es conocido sobre todo por sus composiciones alegóricas y sus retratos de mujeres, la pintura de paisaje se convirtió en una parte cada vez más importante de su producción artística, representando casi una cuarta parte de su obra. Su estilo paisajístico evolucionó paralelamente a sus obras figurativas, influido inicialmente por el Impresionismo y el Puntillismo antes de pasar a un enfoque más expresivo y decorativo. A diferencia de los impresionistas, Klimt trató de captar no sólo la belleza superficial de la naturaleza, sino su esencia, combinando el diseño, la textura, el dibujo y el color para crear obras que trascienden lo efímero y evocan una cualidad de ensueño atemporal.
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P.D. Entre los cuadros de naturaleza de Klimt hay jardines, pero también árboles e incluso bosques. ¡Descubre las encantadoras representaciones de árboles de Gustav Klimt!