Veamos la pintura de hoy. Vemos a una joven vestida con unas humildes y arrugadas ropas de campesina sentada en una cama deshecha en una sencilla habitación con suelo empedrado. Su expresión transmite una mezcla de temor y asombro. ¿Quién es y qué está sucediendo? La brillante columna de luz de la izquierda contiene la respuesta. Esta pintura es una sorprendente reimaginación de uno de los temas más antiguos del arte europeo: la Anunciación, en la que el ángel Gabriel le informa a María que será la madre de Jesús. A diferencia de las representaciones tradicionales, que presentan a María vestida con grandes ropajes azules en un palacio o una catedral mientras escucha serenamente a un ángel adornado con alas y un halo, el enfoque de Tanner es completamente diferente.
La decisión de Tanner de hacer una escena tan poco convencional se debió a su deseo de realismo. Pintó esta obra poco después de regresar de un viaje transformador a Tierra Santa en 1897. Allí dibujó a judíos comunes en los paisajes donde vivió Jesús para sumergirse en su cultura, su entorno y su luz. Esta experiencia lo inspiró para crear una representación que se viera auténtica y arraigada.
Para Tanner, como para muchos artistas y creadores afroamericanos, las historias bíblicas servían a menudo como metáforas de la liberación de la esclavitud y la discriminación. Esta perspectiva le añade profundidad a La Anunciación, una pintura celebrada como una "brillante obra maestra" cuando se expuso por primera vez en Estados Unidos.
Con esta asombrosa pintura continuamos nuestras celebraciones del Mes de la Historia Negra.
P. D. Si quieres saber más sobre este inspirador pintor, aquí tienes la historia de Henry Ossawa Tanner, el primer artista afroamericano de éxito internacional.