La pintura de flores tuvo su origen en los Países Bajos durante el siglo XVI y se convirtió en uno de los géneros más populares de la Holanda del siglo XVII, con algunos artistas especializados en esta forma de bodegón. Al principio, este tipo de obras celebraban la horticultura holandesa, un aspecto muy apreciado de la vida en Holanda. Los primeros pioneros, como Ambrosius Bosschaert, realizaron composiciones con ramos de flores dispuestos simétricamente, que ofrecían representaciones de la naturaleza meticulosas y botánicamente precisas.
Más tarde en el siglo XVII, artistas como Jan Davidsz. de Heem adoptaron un estilo barroco más dinámico, caracterizado por intrincadas superposiciones y disposiciones en espiral. Estas obras incorporaban elementos de ilusionismo, como gotas de agua, conchas e insectos, e introducían significados simbólicos. Muchas interpretaciones tienen su origen en la iconografía religiosa: las flores o algunos motivos específicos suelen hacer referencia a la Pasión de Cristo o reflejan la belleza de la creación divina. Por su parte, las representaciones de ciertos elementos "extraños", como insectos, caracoles, gotas de rocío o calaveras, evocan temas relacionados con la mortalidad y la fugacidad de la vida.
Maria van Oosterwijck, cuya obra presentamos hoy, se especializó en los bodegones y pinturas florales con temas alegóricos en una época en la que las obras de este tipo eran muy apreciadas en Europa central. Junto con Rachel Ruysch, fue considerada una de las pintoras de bodegones más destacadas de los Países Bajos. Las obras de Van Oosterwijck se distinguen por sus colores luminosos, la minuciosidad de sus detalles y el uso ocasional del claroscuro para crear sorprendentes contrastes de luces y sombras. Su preferencia por los fondos oscuros realzaba el brillo de los primeros planos, lo que confería a sus composiciones un carácter vivo y tridimensional. Influenciada por la tradición holandesa del trampantojo del siglo XVI, sus pinturas demostraron un compromiso con el realismo que ayudó a redefinir el género.
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