Esta es la pintura más famosa de Polonia.
La Batalla de Grunwald representa la fase final de la batalla librada en los campos de Grunwald el 15 de julio de 1410, entre las fuerzas aliadas de Polonia, Lituania y Rutenia contra la Orden Teutónica, apoyada por caballeros de Europa Occidental. Polonia salió victoriosa en este histórico enfrentamiento.
Como una de las batallas más grandes de la Europa medieval, sigue siendo un momento crucial en la historia de Polonia. El triunfo de las fuerzas polacas debilitó el poder de los Caballeros Teutónicos en Prusia. Para Jan Matejko, un distinguido pintor histórico, este tema era más que una simple escena de batalla: era un medio para reforzar la identidad nacional durante el período de partición. En ese tiempo, Polonia enfrentaba una intensificación de la germanización bajo el canciller Otto von Bismarck en la partición prusiana, además de duras políticas de rusificación tras el Levantamiento de Enero en la partición rusa.
La composición de Matejko sumerge al espectador en el caos de la batalla. En el centro, el Gran Duque Vytautas de Lituania, vestido de rojo intenso, levanta las manos en un gesto de poder y triunfo. Su posición prominente ha llevado a muchos a confundirlo con el rey Vladislao Jagellón. Sin embargo, su identidad se confirma por la mitra principesca cerrada sobre su cabeza. El rey Vladislao Jagellón, gobernante de Polonia, aparece en la esquina superior derecha, montado a caballo con una armadura plateada y rodeado de sus guardias. A diferencia de otros monarcas de la época, optó por no participar directamente en el combate, lo que le permitió orquestar una estrategia exitosa.
En primer plano, el Gran Maestre de la Orden Teutónica, Ulrich von Jungingen, es representado defendiéndose de los soldados de infantería. Uno de ellos viste un atuendo de verdugo y sostiene la Lanza de San Mauricio, uno de los símbolos reales más importantes de Polonia, donado a Boleslao el Bravo por Otón III durante el Congreso de Gniezno. Esta escena simboliza la esperanza de superar a los enemigos de Polonia y destaca la traición de los Caballeros Teutónicos a la visión de Otón III, quien en su momento consideró a Polonia un aliado. A la derecha del lienzo, el legendario Caballero Negro, Zawisza Czarny, es representado con un abrigo azul, cargando con su lanza. Él encarna el ideal del caballero medieval. Muchas de las figuras en la pintura representan a caballeros reales que lucharon en la batalla de Grunwald.
Debido a su enorme tamaño y a la gran cantidad de detalles, recomendamos verla en pantalla completa para apreciar mejor su riqueza.