Carl Blechen fue un pintor de paisajes alemán. Aunque, en un principio, se formó como banquero, la trayectoria artística de Blechen comenzó en la Academia de las Artes de Berlín en 1822, convirtiéndose en profesor de la misma en 1835, trabajo que pudo desempeñar gracias al influyente arquitecto Karl Friedrich Schinkel, quien admiraba profundamente sus obras y respaldó su nombramiento con fervor. Blechen optó por apartarse del Romanticismo de la época y liderar el movimiento del nuevo realismo. Sus pinturas se caracterizan por un vibrante juego de luz y color ejecutado con un toque extraordinariamente delicado.
En 1832, Federico Guillermo III hizo a Blechen un encargo especial: pintar la casa de las palmeras, una estructura diseñada por Schinkel, situada en Pfaueninsel (isla Peacock). La intención inicial era realizar un díptico que el rey pudiera regalar a su hija, zarina de Rusia. Blechen acometió dicho encargo con gran esmero, al ser de una importancia personal considerable. Por ello, elaboró meticulosamente este excepcional estudio, tras realizar muchos dibujos preparatorios, capturando la abundante luz del sol que inunda el espacio e ilumina la flora tropical, y evocando así un ambiente fragante. La presencia de odaliscas en la composición realza la sensación de exótica seducción, aumentada, a su vez, por la inclusión de diseños arquitectónicos de la India en la escena.
Estando ya en pleno invierno, he pensado que esta imagen nos transmitiría un poco de calidez :)
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