Bonnard es conocido por su intenso uso del color, desarrollado por áreas construidas con pequeñas marcas de pincel y valores de colores parecidos. Sus frecuentemente complejas composiciones, típicamente de interiores de habitaciones y jardines iluminados por la luz del sol, poblados con amigos y miembros de la familia, son tanto narrativas como autobiográficas. Su mujer, Marthe, fue un sujeto omnipresente durante el trascurso de varias décadas. Se la ve sentada en la mesa de la cocina, con las sobras de una comida; o desnuda, como en una serie de retratos donde se reclina en la bañera. Bonnard también pintó varios autorretratos, paisajes, escenas callejeras y muchos bodegones, que normalmente contenían flores y fruta. Bonnard no pintaba con modelos, sino que dibujaba a su sujeto, a veces fotografiándolo también, y tomaba nota sobre sus colores. Luego pintaba el lienzo en su estudio a partir de la información que había recolectado.




Momisa
óleo sobre lienzo •